De Warhol a Trump: ironías desde la piel de una ciudad desconocida
Emy Díaz.
Entonces no queda más que recordar que cuando los animales desnudos del sistema treman, cuando todos tus humanos han huido, se han ido en cenizas, se han alejado de la naturaleza y solo se alimentan de cemento, para enfrentar los períodos refractarios lo que nos queda es hablar con la ciudad.
1979
– Nueva York, quiero hacerte una pregunta.-
– ¿Qué sientes al pensar en un Mickey Mouse desnudo?-
Como ciudad tengo una imagen en blanco y negro, con un animal desnudo que trema. Tiene frío, muestra un sistema desprovisto de músculo y tejido, lo peor para mi piel es que se siente que ha olvidado el uso efectivo de la ironía. Oscuro de hierro, como aquel que se hizo capital.
La demolición como experiencia arquitectónica, provoca hielo, silencio, y monumentos. Así nació la Torre Trump. Del viento de aquella tarde, recuerdo dos mujeres esculpidas en piedra caliza. Esculturas danzantes. Desnudas. Dos mujeres de piedra, dentro de cajas de hormigón al estilo art decó. Carne de piedra que durante el día recibía las caricias angulares del sol. Después de mirarlas tanto, puedo asegurar que son cuerpos femeninos sin ropa, y atléticamente no paraban de danzar entre telas. Peor aún, en tanto cuerpos femeninos cayeron en manos del mejor postor, un impostor por excelencia. En las de Donald Trump, ex presidente de los Estados Unidos.
A finales de la década de los setenta, este ex presidente decidió construir un reflejo. Un gran espejo roto con períodos refractarios, un diseño que proyecta una permanente distorsión luminosa del poder. Él eligió la Quinta Avenida. Lo que compró a su disposición, fue el edificio Bonwit Teller. Esta fue una lujosa construcción, diseñada por los no menos acaudalados arquitectos Warren & Wetmore. De quienes poco interesan sus apellidos, pongamos el foco en la dimensión de una de sus obras. En una situación de posguerra, momento acaudalado donde la fama y el dinero son el germen de la paz. Warren reconstruyó la Biblioteca de Lovaina, lugar que después del bombardeo de cinco días en 1914, había quedado hecho añicos. En 1928 se terminó dicha reconstrucción, pero el deseo nunca llevado a cabo del arquitecto fue colocar un mensaje en la fachada de la Biblioteca de Lovaina, según Time (1929) él promovía incluir esta frase: “Destruido por la furia alemana, restaurado por un regalo estadounidense”[1]. En la misma noticia de la época se menciona que el Rector de la Universidad de Lovaina fue convencido por grupos pacifistas de que la inscripción de Warren probablemente engendraría odio.
Dado que la destrucción tiene muchas banderas, o al menos siempre tiene una. Para construir la Torre Trump, el ex presidente estadounidense necesitaba eliminar el antiguo edificio. Con esta acción las estrellas blancas sacaron chispas entre rojos y azules. El Bonwit Teller, albergaba en las primeras plantas lo que antes habían sido las tiendas departamentales para mujeres Stewart. Según Gris (2014), Bonwit contrató en 1939 a Salvador Dalí para diseñar sus escaparates, y él artista suministró una bañera revestida de cordero. Décadas después, el artista Andy Warhol de origen eslovaco, también fue contratado. Como señala The Andy Warhol Museum (2014), en 1950 el escaparatismo se había convertido en un rito de iniciación para los artistas de la ciudad de Nueva York. Para los escaparates Bonwit Teller de 1961, Warhol utilizó cinco de sus pinturas basadas en cómics y anuncios, algunas de las cuales fueron: Superman, Little King, Saturday’s Popeye, que funcionaron como telón de fondo para maniquíes con vestidos de primavera.
Entonces, aquí es dónde se warholiza la situación, pues sí, algunas veces el artista se hace verbo. De los círculos de fama y poder estadounidense de los setenta y ochenta, se pueden encontrar varias fotos de encuentros deseados. De hecho, existe una de Trump y Warhol de 1983, divididos por un caballo y su jinete, unidos por los recovecos del dinero y el poder. Uno de ellos sucedió en 1981, cuando Trump buscó a Warhol, exactamente veinte años después que el artista había warholizado el escaparate de la tienda Bonwit Teller, lo buscó para comisionar su obra y retratar la Torre Trump. Según Kenny (2018), después de conocer a Warhol en una fiesta, Trump le encargó que creara un retrato serigrafiado de la Torre Trump. El artista cumplió y creó ocho imágenes en negro, gris y plateado. Pero a Trump y su esposa, Ivana, no les gustó la combinación de colores y rechazaron las obras. Warhol escribió en su diario: «Fue un error hacer tantos, creo que los confundió», y agregó: «Creo que Trump es algo tacaño». Sin embargo, Kenny (2018) señala que Trump mantuvo su estima por Warhol, citando en dos de sus libros la máxima irónica del artista: “Ganar dinero es arte y trabajar es arte y los buenos negocios son el mejor arte”. Seguramente Warhol pasó por alto el detalle del edificio Bonwit Teller demolido, podría haber funcionado como un aviso del futuro pasado para el artista. No obstante, en los circuitos del poder un edificio más o un edificio menos no cambia la circulación del capital. Y de estos circuitos de producción donde tremaba el capital, Warhol fue bastante asiduo.
Como establece Pando (2017), Warhol era tan famoso en 1982 que, además de protagonizar anuncios para distintas compañías, como Pioneer o Líneas Aéreas Braniff, la empresa japonesa AVG Productions estaba trabajando en la creación de un robot que se utilizaría en una obra de teatro. Costaría 400.000 dólares y reproduciría 54 gestos y frases del artista. Algo que se conecta con una de sus famosas frases donde afirma que a él le encantaría ser una máquina. Además, Pando (2017) menciona que ya en los años setenta sus retratos por encargo tenían un precio elevado. Por ejemplo: un lienzo de un metro por un metro costaba 25,000 dólares (lo que equivaldría a 200,000 dólares, aproximadamente). Sus clientes fueron desde la diseñadora Carolina Herrera hasta la Reina de Inglaterra. Así, en 1978 el artista llegó a ingresar un millón de dólares por estos retratos.
En este contexto, fue una polémica particular de la historia del arte y la arquitectura de la ciudad de Nueva York, cuando las dos mujeres de piedra detonaron la profunda disputa local del ex presidente de Estados Unidos, Donald Trump con el arte y sus instituciones. Él había declarado en 1979 su intención de donar el par de paneles en relieve de piedra caliza de dos toneladas de mujeres bailando del edificio Bonwit al Museo Metropolitano de Arte, que los quería para su colección de esculturas; sin embargo, sus equipos de trabajo los demolieron. (Bernstein, 2017). Trump nunca cumplió con el Museo.
Una vez Arendt (2023) escribió que la victoria sobre la necesidad tiene como objetivo el sometimiento de las necesidades vitales que coaccionan al hombre, manteniéndolo en su poder. Pero este control sólo puede lograrse dominando y coaccionando a otros, que, obligados a trabajar en esclavitud, salvan a los hombres libres de la coacción de la necesidad. (p.49). En este ejercicio de la esclavitud y dominación, como recuerda Bernstein (2017), el equipo de demolición de Trump incluía trabajadores polacos indocumentados, lo que mantuvo los costos bajos pero sometió a Trump a un litigio. El contratista para demoler el edificio Bonwit Teller, fue William Kaszycki, de Kaszycki & Sons Contractors, quien finalmente cumplió condena en una prisión de Nueva Jersey por emplear inmigrantes ilegales en otro proyecto. Después de una batalla legal que duró muchos años, un juez federal determinó que Trump, un grupo de sus asociados y un dirigente sindical, habían conspirado para evitar realizar pagos al sindicato Homewreckers Local 95.
Entonces no queda más que recordar que cuando los animales desnudos del sistema treman, cuando todos tus humanos han huido, se han ido en cenizas, se han alejado de la naturaleza y solo se alimentan de cemento, para enfrentar los períodos refractarios lo que nos queda es hablar con la ciudad.
Emy Díaz.
Bibliografía:
- Arendt. H. (2023). Che cos’è l’autorità. Garzanti Editore. Milano.
- Gray. C. (3 de octubre de 2014). The store that slipped through the cracks. The New York Times. Recuperado el 14 de febrero del 2024 de: https://www.nytimes.com/2014/10/05/realestate/fifth-avenue-bonwit-teller-opulence-lost.html?searchResultPosition=7
- The Andy Warhol Museum. (19 de noviembre de 2014). El Museo de Andy Warhol anuncia exposiciones. Recuperado el 14 de febrero del 2024 de: https://press.warhol.org/press/the-andy-warhol-museum-announces-exposures-new-exhibition-series-in-the-warhol-store/
- Bernstein. J. (12 de agosto de 2017). Torre Trump, un hogar para celebridades y charlatanes. The New York Times. Recuperado el 14 de febrero del 2024 de: https://www.nytimes.com/2017/08/12/style/trump-tower-famous-residents.html?searchResultPosition=1
- Time. (21 de octubre de 1929). Belgium: Furore Teutonico Diruta. Time USA. Recuperado el 14 de febrero del 2024 de: https://content.time.com/time/subscriber/article/0,33009,752213,00.html
- Kenny. N. (6 de noviembre de 2018). ¿Warhol tiene la culpa de Trump?. El trabajo del pionero del pop aborda muchos problemas que enfrenta Estados Unidos hoy en día. The art newspaper. Recuperado el 14 de febrero del 2024 de: https://www.theartnewspaper.com/2018/11/06/is-warhol-to-blame-for-trump-pop-pioneers-work-touches-on-many-issues-facing-america-today
- Pando. F. (2 de junio de 2017). Facts que no sabías sobre Andy Warhol. Revista L’officiel art. México. Recuperado el 14 de febrero del 2024 de: https://www.lofficielmexico.com/arte-y-cultura/facts-que-no-sabias-sobre-andy-warhol
Notas:
[1] Según Time (1929) la frase original es: Furore teutonico diruta; Dono americano restituta. La traducción en este texto tiene un ajuste de la autora, se reemplaza americano por estadounidense como precisión geográfica y política.