Resistencia y opresión en El cuento de la criada.
J. Barish.
La necesidad de resistencia se vincula con las ideas de Arendt y Luxemburgo sobre la importancia de la acción política para preservar la libertad individual, aunque en un entorno donde la libertad está severamente limitada, cada pequeño acto de resistencia adquiere una importancia significativa.
Hace más de15 años leí Un mundo feliz de Huxley, y hasta entonces no había pensado en la posibilidad de un mundo distópico, al menos nunca al nivel del control que se ejerce ahí. A partir de ese inicio llegué a otros libros distópicos que me recordaban lo que decía Rosa Luxemburgo (2008) “La libertad es siempre y exclusivamente libertad para el que piensa de manera diferente» (p. 396), y se refleja no solo en lo que sucede en Huxley, sino que podemos verlo también en 1984 de Orwell y Fahrenheit 451 de Bradbury.
En 2017 se repopularizó, pese a que el libro fue publicado en 1985, El cuento de la criada de Margaret Atwood por la serie creada por Bruce Miller. En este caso, porque suelo hacerlo al revés, vi primero la serie porque desconocía del libro, pero ventajosamente no hubo ninguna decepción. Después de ver la primera temporada conseguí el libro, no duró más que una semana en mis manos, pero la frase de Luxemburgo seguía dándome vueltas, que además se unía a la de Beauvoir “Nadie es más arrogante hacia las mujeres, más agresivo o despectivo, que un hombre preocupado por su masculinidad” y pensar en Gilead, en las regresiones de derechos que se van presentando en pequeños pasos, la eliminación del derecho al aborto, a adquirir métodos anticonceptivos sin aprobación del cónyuge, la prohibición del manejo de su propio dinero, hasta la eliminación al derecho laboral de las mujeres. Y se naturalizan de tal forma que las y los ciudadanos no logran hacer nada o casi nada al respecto, porque el miedo y el control pesan más, “Intento no pensar demasiado. Como el resto de las cosas, el pensamiento tiene que estar racionado. Hay muchos que no soportan pensar. Pensar puede perjudicar tus posibilidades, y yo tengo la intención de resistir” (Atwood, 2001, p. 9).
Esta idea que resuena en Beauvoir se refleja en Atwood sobre cómo las actitudes patriarcales y la percepción de superioridad masculina pueden ser formas de opresión hacia las mujeres, limitando su libertad y autonomía al relegarlas a roles subordinados y estereotipados en la sociedad, pero más que nadas regidos por la religión católica que pretende que seamos las mujeres, en este caso quienes hemos tenido hijos o hijas, envases para procrear, envases que no tienen voz ni voto, y que solamente pueden cumplir ese papel, y que las mujeres que no han procreado estén designadas al trabajo doméstico. Este mundo distópico de Gilead tiene como base una interpretación distorsionada de la historia de Raquel y Lea en el Antiguo Testamento de la Biblia. La cita proviene de Génesis 30:1-3, donde se relata cómo Raquel, la esposa deseada de Jacob, era estéril mientras que Lea, su hermana, tenía hijos. En un intento por tener descendencia, Raquel le ofrece a Jacob a su criada, Bilhá, como concubina, y luego Lea hace lo mismo con su propia criada, Zilpá. La República de Gilead distorsiona este relato bíblico para justificar la práctica de la «ceremonia», donde los Comandantes tienen relaciones sexuales ritualizadas con las criadas asignadas a ellos, en un intento de engendrar hijos en un mundo donde la tasa de fertilidad ha disminuido drásticamente. En la novela, esta interpretación retorcida de la Biblia sirve como una herramienta de control y opresión, utilizada por los líderes de Gilead para mantener su poder sobre las mujeres y justificar las atrocidades cometidas en nombre de la religión.
La personaje principal, quien además, al igual que el resto de criadas, no tienen nombre propio sino que este proviene de a quien pertenecen, en este caso “of Fred”, intentan pese a la situación en la que viven a mantener la esperanza, para resistir la opresión, incluso cuando sus opciones y libertades están severamente restringidas por el régimen de Gilead.
Debe de haber una resistencia, un gobierno en el exilio. Por allí debe de haber alguien que se ocupa de las cosas. Creo en la resistencia del mismo modo que creo que no puede haber luz sin sombra o, mejor dicho, no hay sombra a menos que también haya luz. Tiene que existir una resistencia porque de lo contrario, ¿de dónde salen todos los delincuentes que aparecen en la televisión? (Atwood, 2001, p. 88).
Destaco en este fragmento la importancia de la resistencia mental y emocional en un entorno donde la violencia y la coerción son omnipresentes, que además le llevan continuamente a pensar en la posibilidad de huir pero más que nada de poder salvar a su hija que se encuentra presa del mismo régimen “Pero ahí es donde estoy, no hay escapatoria. El tiempo es una trampa en la que estoy cogida. Debo olvidarme de mi nombre secreto y del camino de retorno” (Atwood, 2001, p. 119). Y en situaciones como esta, regreso a Arendt quien afirmaba que «Si el sentido de la política es la libertad, es en este espacio ―y no en ningún otro― donde tenemos el derecho a esperar milagros” (p. 26) donde enfatiza la acción, especialmente en el ámbito político, es fundamental para expresar y preservar la libertad individual. La capacidad de participar activamente en la vida pública y de contribuir a la formación de la comunidad es esencial para el ejercicio pleno de la libertad, pero en un mundo como el de Gilead Offred afirmaba » La libertad, como todo lo demás, es relativo” (Atwood, 2001, p. 191).
La necesidad de resistencia se vincula con las ideas de Arendt y Luxemburgo sobre la importancia de la acción política para preservar la libertad individual, aunque en un entorno donde la libertad está severamente limitada, cada pequeño acto de resistencia adquiere una importancia significativa. En casos extremos donde la libertad es inexistente, aún existen matices y grados de libertad, la percepción de la libertad puede variar dependiendo de las circunstancias individuales y las opciones disponibles, pero incluso las formas más pequeñas de autonomía pueden ser valiosas en un entorno opresivo. La resistencia en un mundo como Gilead se presenta como un acto de valentía y esperanza, como lo ilustra la lucha interna de Offred por mantener su autonomía y encontrar una salida a su situación desesperada.
Referencias:
Arendt, H. (2018). ¿Qué es la política? Partido de la Revolución Democrática. https://www.prd.org.mx/libros/documentos/libros/Politica-Hannah.pdf
Atwood, M. (2001). El cuento de la criada. Anagrama
Luxemburgo, R. (2008). Obras escogidas. https://www.marxists.org/espanol/luxem/11Larevolucionrusa_0.pdf
Imagen tomada de cubahora.cu e intervenida digitalmente.