¿Estamos sacrificando la filosofía en el altar de la eficiencia?
Diógenes Pardo.
Hoy nos encontramos ante un tema de suma preocupación: la progresiva desaparición de materias como filosofía e historia de las mallas curriculares en colegios y universidades. Esta tendencia, que se ha vuelto alarmante en muchos lugares, plantea una serie de interrogantes y desafíos que merecen nuestra reflexión.
En primer lugar, es relevante preguntarnos: ¿cuál es el problema de eliminar estas materias? Esto implica la amenaza al pensamiento crítico y la posible supresión del pensamiento antisistema. Empero, debemos tener en cuenta que el pensamiento crítico y la capacidad de cuestionar el sistema pueden cultivarse a través de múltiples disciplinas y enfoques en la educación formal. La filosofía y la historia son ciertamente caminos válidos para esto, pero no son los únicos. El énfasis también debe estar en promover una educación que fomente la capacidad de crítica.
No obstante, la filosofía no siempre es potencialmente revolucionaria y algunas, sino muchas, de sus ideas no desafían el statu quo. Esto es cierto, ya que la filosofía es un campo amplio y diverso, que abarca una variedad de enfoques y corrientes de pensamiento. Sin duda, no podemos subestimar su valor en la exploración de cuestiones fundamentales sobre la ética, la moral y la naturaleza de la realidad. La filosofía puede proporcionar la base para una comprensión más profunda de las decisiones éticas y políticas que afectan a nuestras sociedades.
La eliminación de estas asignaturas parece ser más bien una medida eficiente en la formación profesional, como en el caso de enseñar derecho procesal en lugar de filosofía del derecho. Si bien es importante preparar a los estudiantes para el mercado laboral, no debemos ser reduccionistas, y creer que la educación es una mera búsqueda de eficiencia y empleabilidad. Las materias humanísticas como la filosofía y la historia contribuyen a una formación integral, nutriendo la mente y el espíritu, además de dotar a los individuos de herramientas para enfrentar desafíos complejos en su vida.
Concuerdo con la opinión del filósofo alemán Markus Gabriel, quien califica la eliminación de la filosofía como «un crimen contra la humanidad» (Fundación Juan March, 2021). Si bien es una afirmación fuerte, enfatiza la importancia de no subestimar el valor de las ideas y la reflexión filosófica en la sociedad. Las ideas pueden no venderse como productos comerciales, pero son fundamentales para el desarrollo de la humanidad y para contribuir en la generación de sociedades potencialmente más justas.
La eliminación de la filosofía y la historia de las mallas curriculares es una realidad, pero, debemos buscar un equilibrio entre la formación profesional y la formación integral, reconociendo la importancia de estas disciplinas en la construcción de individuos “pensantes” comprometidos con el futuro de una vida en común. Por ello, la filosofía no debe ser una disciplina reservada exclusivamente para las aulas de clase. Debe ser accesible y relevante para todas las personas, independientemente de su nivel educativo.
Es imprescindible llevar la filosofía a la calle. La filosofía, en su forma académica, a menudo se centra en la discusión de ideas abstractas que pueden ser difíciles de comprender sin una base sólida de conocimientos. ¿Cómo se puede transmitir la filosofía de manera accesible y relevante para el público en general?
Es importante encontrar un equilibrio entre hacer que la filosofía sea más accesible y mantener su integridad como disciplina académica. La calidad de las discusiones y la profundidad de la reflexión podrían variar significativamente según quien esté involucrado. En definitiva, la filosofía en la vida cotidiana debe existir y complementarse mutuamente, siempre que se aborden cuidadosamente las cuestiones de alcance y profundidad, dejando de lado el eficientismo que nos atrapa en la lógica del mercado.
Diógenes Pardo.
Aprendiz de filósofo, libre y de buenas costumbres, agitador de conciencias y un rebelde en una sociedad distópica.
Referencia
Fundación Juan March. (2021). Diálogo entre Markus Gabriel, José Luis Villacañas y Ernesto Castro. https://youtu.be/w8ZCiBC4i1o?si=x-v8_SQK9xgCbUSF
Imagen intervenida digitalmente, tomada de de pixabay.com