¿Por qué le tenemos miedo a las máquinas y su inteligencia?
Por: José Molina.
“la catástrofe tecnológica simboliza la imposibilidad de concebir un futuro alternativo fuera de las dinámicas opresivas del capital”
El temor a la inteligencia artificial crece con avances que sugieren su autonomía. Casos como The AI Scientist, que reescribió su código sin supervisión, han avivado el miedo a la pérdida de control humano. Además, el desarrollo de modelos como DeepSeekR1 intensifica la competencia tecnológica y la ansiedad por su impacto geopolítico. Este miedo se ilustra claramente en la película Terminator, donde la inteligencia artificial alcanza su máxima autonomía cuando “Skynet deja de ser una herramienta humana y, en un microsegundo, decide exterminar a la humanidad” (Cameron y Wisher, 1984, p. 49). La representación de futuros dominados por máquinas, como en Terminator, no es solo una representación del temor hacia la técnica, sino una proyección de las relaciones sociales del capitalismo. Según Simondon, los objetos técnicos no son neutrales ni simples herramientas, sino “cristalizaciones de gestos humanos fijados en estructuras funcionales” (Simondon, 2007, p. 34). Sin embargo, estas estructuras no operan aisladas; dentro del capitalismo, se integran en dinámicas de explotación y dominación, como advierte Marx. En Terminator, este proceso se lleva al extremo.
El miedo a las máquinas en esta narrativa no surge de su autonomía técnica, sino de su función dentro del capitalismo. Marx señala que las máquinas, lejos de ser herramientas neutrales, se convierten en medios de alienación y control: La máquina no se presenta como resultado del trabajo humano acumulado –que converge a la par de las transformaciones del trabajador-, sino como una fuerza independiente que subyuga al trabajador (Marx, 2015). En Terminator, este control se exacerba y materializa en imágenes de devastación total: «Montones de huesos humanos, quemados hasta volverse negros, aplastados por la marcha imparable de las máquinas” (Cameron y Wisher, 1984, p. 17).
Simondon complementa esta crítica al afirmar que las máquinas solo parecen ajenas cuando se desconoce su naturaleza ontogenética. Para él, los objetos técnicos evolucionan dentro de sistemas sociales y culturales, pero en el capitalismo esta evolución se distorsiona al subordinarse a la lógica del mercado (Simondon, 2007, p. 34). En Terminator, las máquinas no son simples herramientas, sino un sistema solidario y autosuficiente que amplifica la lógica de dominación. Mark Fisher describe este imaginario dentro del realismo capitalista, donde es «más fácil imaginar el fin del mundo que el fin del capitalismo» (Fisher, 2016, p. 2). En Terminator, la catástrofe tecnológica simboliza la imposibilidad de concebir un futuro alternativo fuera de las dinámicas opresivas del capital. Para Simondon, superar esta alienación requiere “una toma de conciencia del sentido de los objetos técnicos, es decir, reconocer las máquinas como parte de la humanidad y no como una fuerza autónoma” (Simondon, 2007, p. 31). Walter Benjamin ofrece una clave adicional para interpretar esta relación en su alegoría del autómata. En ella, señala que detrás de la aparente autonomía técnica (automatismo histórico) se encuentra «la mano del enano jorobado,» (Benjamin, 2008, p. 144), una metáfora de la humanidad cristalizada en las estructuras vividas pero técnicas. Para Simondon, reconocer esta realidad humanizada es esencial para reconfigurar la relación entre técnica y cultura. En Terminator, esta posibilidad queda oculta, ya que las máquinas encarnan únicamente la opresión y el control del capitalismo.
Así, el imaginario apocalíptico de Terminator nos confronta con una cuestión fundamental: ¿qué futuro estamos proyectando a través de las máquinas? Tanto Marx como Simondon coinciden en que las máquinas no son intrínsecamente alienantes ni opresivas; su naturaleza depende de las relaciones sociales en las que operan. El desafío es reconfigurar estas relaciones para que las máquinas dejen de ser extensiones de la explotación y se conviertan en medios de emancipación. Este análisis invita a imaginar alternativas donde la técnica se integre en la cultura sin reproducir las dinámicas de dominación y subyugación que hoy la determinan.
José Molina. Sociólogo. Doctorante del programa de Estudio Políticos – Flacso Ecuador
Referencias
- Cameron, J., & Wisher, W. (1984). Terminator [Guion cinematográfico]. Tristar Pictures.
- Simondon, G. (2007). El modo de existencia de los objetos técnicos. Prometeo Libros.
- Marx, K. (2015). El capital: Crítica de la economía política. Volumen I. Siglo XXI Editores.
- Fisher, M. (2016). Realismo capitalista: ¿No hay alternativa? Caja Negra.
- Benjamin, W. (2008). Tesis sobre la filosofía de la historia. Editorial Trotta.
Imagen tomada de silicon.es e intervenida digitalmente.