Nietzsche, literatura y filosofía – Emy Daniela Díaz
El acto y la sensación de afirmar que uno no es artista, o no es escritor, en algunas experiencias funciona como fertilizante para la creación. Tomando en cuenta que un fertilizante se usa en la tierra y no se come. Esta afirmación pública, posibilita crear con cierto tipo de libertad. Desde un lugar personal envuelto de voluntades.
Esta “aurora” no es más una luz pálida y fría, que ilumina solo detrás de él; a sus espaldas se está levantando ya un sol que calienta y da vida; y mientras Nietzsche se encuentra ahora en la penumbra gris del crepúsculo, ya sus ojos miran al horizonte, a esa aparición clara y prometedora (Lou Salomé, 2009, p. 204).
En noviembre de 1883, Nietzsche le escribió una carta a su hermana Elisabeth mientras él pasaba sus días en Génova. Le contó tres cosas importantes, la primera sostenía que su salud era miserable. La segunda fue una férrea recomendación para releer Aurora y la Gaya ciencia, obras que según él eran “sus libros más ricos de contenido y de futuro”. Mientras que la tercera fue:
Nadie tiene idea de la dificultad de la tarea que pesa sobre mí; y si alguien imagina que pueda tratarse de un trabajo literario, por ejemplo, la finalización de mi Zarathustra, la cosa casi me da náusea y ataques de risa o de vómito – tanto me “repugna” cada oficio literario; ¡y el pensamiento de que al final podría incluso ser contado entre los escritores! es una de aquellas cosas que me hacen estremecer (Nietzsche, 2004, p. 426).
El acto y la sensación de afirmar que uno no es artista, o no es escritor, en algunas experiencias funciona como fertilizante para la creación. Tomando en cuenta que un fertilizante se usa en la tierra y no se come. Esta afirmación pública, posibilita crear con cierto tipo de libertad. Desde un lugar personal envuelto de voluntades. Aquellas despojadas de los significados que establecen los límites para responder a la pregunta: ¿Qué es ser un artista? Una respuesta certera a esa pregunta sería altamente peligrosa. Tanto como una verdad a ciegas. Así, sobre la relación de Nietzsche con la literatura, la filósofa argentina Evelyn Galiazo (2021) señala que:
Cuando la naturaleza compleja de esa zona de intersección entre el sujeto y el sistema comenzó a ser interrogada, se advirtió que era solidaria de otros límites. Si se desdibuja la frontera radical entre obra y vida, la distinción tajante entre disciplinas también se vuelve, en cierto modo obsoleta (p. 51).
Entonces, Nietzsche fue un interrogador de sistemas. Un filósofo que con altas dosis de voluntad desbordó los límites y muros entre campos del conocimiento. Su primer desborde público fue con el Origen de la Tragedia, obra que lo expulsó de la carrera docente en Basilea. Él desdibujó esas fronteras a través de la literatura, usó aforismos y metáforas. Esta dolorosa ruptura le otorgó la libertad de errar, y ser un errante fuera del sistema. Galiazo (2021) sugiere que el concepto nietzscheano de interpretación resulta de aplicar ciertas características del vínculo entre lector y texto literario a la relación que los sujetos establecen con el mundo, concebido como texto sin autor (p. 51).
“-Siendo el mundo un texto sin autor-“.
En ese lugar, Nietzsche navegó varias fronteras, desde la composición musical, la poesía hasta la literatura. Como advierte Deleuze (1997), Nietzsche enriquece la filosofía a través de dos medios expresivos: el aforismo y la poesía. Estas formas también implican una nueva concesión de la filosofía, una nueva figura del pensador y del pensamiento. Con precisión Deleuze (1997) señala que en las obras de Nietzsche los aforismos son al mismo tiempo el arte de interpretar y la cosa para interpretar; la poesía, el arte de valorar y la cosa para valorar. (p.19). Dicha transgresión fue el pasaporte del filósofo para errar con cierta libertad. Cuando se dedicó a escribir Aurora y Zarathustra, en ciudades italianas que descubrió por casualidad o absurdo, él estaba buscando estar cerca del mar, y que el buen clima alejado del norte pueda sanar las heridas de su espíritu. En ese transcurso escribió Aurora, allí aplicó la conjunción de la vida con la obra para generar pensamiento. En el prólogo de 1886 incluyó:
Al fin y al cabo: ¿para qué habríamos de decir tan alto y con tanto empeño lo que somos, lo que queremos y lo que no queremos? ¡Considerémoslo con mayor frialdad y distancia, con más inteligencia y altura, digámoslo como se puede decir entre nosotros, tan a escondidas que a todo el mundo le pase inadvertido, que nosotros mismos pasemos inadvertidos! Sobre todo, digámoslo lentamente… (…) Un libro como este, un problema como este no tiene ninguna prisa; además, lo mismo yo que mi libro somos ambos amigos del lentom. No por nada ha sido uno filólogo, y tal vez aun lo sea, esto es, maestro de la lectura lenta: — al final acaba uno escribiendo también lentamente. Ahora forma parte no solo de mis hábitos sino también de mi gusto — ¿un gusto perverso, tal vez? — No escribir jamás nada que no lleve a la desesperación a toda esa gente que “tiene prisa”. (…) Justo por eso es hoy más necesaria que nunca, justo por eso es lo que más nos atrae y nos fascina, en una era que es la del “trabajo”, quiero decir: la de la precipitación, la de la prisa indecente y sudorosa que pretende “acabar” todo de inmediato, incluso un libro, sea nuevo o viejo: — la filología no acaba nada con tanta ligereza, sino que enseña a leer bien, es decir, lenta, profunda, respetuosa, cuidadosamente, con cierta malicia y las puertas siempre abiertas (…) (Nietzsche, 2014, p.489)
En esta línea Galiazo sugiere que la relación en permanente conexión de la vida del artista y el escritor con su obra, de la misma manera que con los conocimientos que desarrolla, toma al arte como lenguaje y forma de pensamiento. Y concluye que “En la obra de Nietzsche, la palabra “literatura” no designa tan solo al objeto de la crítica literaria; como “fábula” y “ficción”, “literatura” es una categoría epistemológica y ontológica donde se sedimentan concepciones del mundo y formas de acceder a él. Para quien rechaza las esencias, la literatura es una apuesta estratégica” (Galiazo, 2021, p. 52). Así en Nietzsche la literatura será conflicto, identidad y obra.
Emy Daniela Díaz.
Referencias
- Deleuze. G. (1997). Nietzsche con antología de textos. Milano.
- Galiazo, E. (2021). Nietzsche, la literatura y la invención del mundo. Estudios Nietzsche, (20), 49–67. Sociedad Española de Estudios sobre Friedrich Nietzsche-SEDEN. Uma Editorial.
- Nietzsche. F. (2004). Epistolario de Friedrich Nietzsche, vol. IV: Cartas 1880-1884, editado por Campioni. Milano.
- Nietzsche. F. (2013). Relación de la retórica con el lenguaje en Obras completas. Vol. II. Escritos filológicos. Tecnos.
- Nietzsche. F. (2014). Aurora en Obras completas. Vol. III. Obras de madurez I. Tecnos.
- Salomè. L. (2009). Friedrich Nietzsche. Milano