La filosofía de los otros: del cuestionamiento a la transformación – Ana Cristina Andrade Cabrera
Es fundamental abordar la teoría de Karl Marx no como una filosofía estática, sino como un pensador que proporciona herramientas analíticas necesarias para comprender la sociedad contemporánea.
“Llevar a una masa de hombres a pensar coherentemente y de modo unitario el presente real y efectivo es un hecho «filosófico mucho más importante y «original» que el descubrimiento por parte de un «genio» filosófico de una nueva verdad que se convierte en patrimonio exclusivo de pequeños grupos intelectuales”.
-Antonio Gramsci
Anticipo al lector que el presente artículo, no propone ser un eureka filosófico, sino una reflexión a repensar la filosofía para quién ha sido escrita y a quienes se ha excluido en los relatos. En ese sentido, se propone examinar el impacto del feminismo y marxismo en la revisión crítica de las desigualdades arraigadas en las ideas clásicas filosóficas. Se busca entender cómo estas corrientes al intersectarse, han influido tanto en la teoría como en la práctica, para transformaciones significativas para otro mundo posible.
¿Es posible hablar de feminismo filosófico? De seguro, cuando pensamos en filosofía, se nos viene a la mente imágenes de grandes pensadores como Platón, Aristóteles, Kant o incluso Marx. Desde ya podemos notar que lo común entre todos ellos, es que son hombres y esto no es una mera coincidencia. Por ende, es menester partir indicando que, la historia de la filosofía ha sido, en gran medida, una narrativa construida por y para hombres.
Desde la antigüedad hasta la modernidad, las voces femeninas han sido marginadas o silenciadas, lo que ha llevado a una visión limitada del mundo. La época griega estuvo marcada por los relatos de la época heroica, en donde los guerreros relegaban las mujeres con severidad al ámbito privado. Este patrón se repitió a lo largo de la historia, así se evidencia como autores notables como Aristóteles declaraba que se es mujer en virtud de una supuesta deficiencia y, por ende, debe vivir encerrada en su hogar, subordinada al hombre. De manera similar, Platón, el influyente filósofo griego de los siglos V-IV a.C., sugería que las mujeres eran el resultado de la cobardía y maldad en su vida pasada.
Este pensar filosófico ha sido central en la opresión de las mujeres, relegándolas a lo físico, mientras se glorifica la mente masculina como racional y ordenada.
De la misma manera, filósofos como Aristóteles y Platón han dejado una huella indeleble en la concepción tradicional de la filosofía del ser y la realidad. La visión dualista de Platón, que separa el alma del cuerpo, ha perdurado a lo largo de los siglos, contribuyendo a la conceptualización de la mente como superior al cuerpo. Este pensar filosófico ha sido central en la opresión de las mujeres, relegándolas a lo físico, mientras se glorifica la mente masculina como racional y ordenada.
Además, podemos señalar más ejemplos de permitieron la subordinación de la mujer, como en la época romana con la ley romana, la ideología cristiana en la Edad Media, y la persistencia de estas ideas con la colonización. Esta cadena de eventos revela una línea histórica de desigualdad, donde las mujeres han sido sistemáticamente relegadas a roles secundarios.
La filósofa Ana De Miguel señala a Jean-Jacques Rousseau como una de las mentes más igualitarias de la Revolución Francesa, pero también resalta su visión tradicional de la mujer. Por otro lado, indica que Kant legitima la idea de que «las mujeres quedan encerradas en jaulas», fundamentando la democracia y la ilustración. Estas figuras, a pesar de su contribución al pensamiento ilustrado, perpetuaron nociones discriminatorias que han moldeado la percepción de género durante siglos (2020).
¿Es necesario recordar estos eventos históricos? Es importante, recordar estos relatos y frases de diversos filósofos, ya que como indica Simone de Beauvoir, los grandes relatos contribuyeron a la subordinación de la mujer. Además, como señala Gramsci la filosofía se debe entender acorde a su historia, “no se puede ser filósofo, es decir, no se puede tener una concepción del mundo críticamente coherente sin la conciencia de su historicidad” (1970, p. 7).
Cabe señalar, que no fue una simple imposición en contra de las mujeres, sino hay demostración que a lo largo de la historia se desafío el sistema patriarcal, tal es así que, Simone de Beauvoir, en su obra El segundo sexo, destaca que algunas mujeres cuestionaron su existencia, pero el poder seguía en manos de los hombres.
Algunas aisladas —Safo, Christine de Pisan, Mary Wollstonecraft, Olympe de Gouges— protestaron contra la dureza de su destino; a veces aparecieron manifestaciones colectivas, pero las matronas romanas unidas contra la ley Oppia o las sufragistas anglosajonas sólo consiguieron ejercer presión porque los hombres estaban dispuestos a sufrirla (1949, p. 157).
Toda esta alta filosofía a lo largo de los siglos ¿a quién excluyó? A las mujeres, ya que la esfera de la familia era para ellas. El resto de la humanidad podía investigar la ciencia, pero las mujeres estaban relegadas a las tareas de cuidar. En la historia se evidencia que las mujeres debían ser reducidas a la nada, invisibles, para convertirse en la condición material de apoyo y socorro, para que los hombres pudieran construir el mundo. Pero es importante señalar, que a pesar de no haber tenido las condiciones para “filosofar”, hubo filosofía de mujeres a lo largo de la historia, en donde se cuestiona varios hechos.
No podemos afirmar, que cada escrito de una mujer, es filosofía feminista, pero sí podemos afirmar, que la filosofía feminista toma en cuenta cada escrito de una mujer para repensar el mundo.
No podemos afirmar, que cada escrito de una mujer, es filosofía feminista, pero sí podemos afirmar, que la filosofía feminista toma en cuenta cada escrito de una mujer para repensar el mundo. En esa línea de ideas, la filosofía feminista incluye los diversos relatos de Olimpia de Gouges, Mary Wollstonecraft, Rosa Luxemburgo, Kollontai, entre otros, que representan la marca de un pensamiento crítico-feminista, de esa otra filosofía que también existió, pero nunca se escuchó o leyó. A través de sus escritos, estas mujeres desafiaron las nociones preestablecidas y contribuyeron a la construcción de una filosofía inclusiva que reconoce y valora la experiencia y la voz femenina.
En ese sentido, los feminismos permiten relatar la historia que ha sido invisibilizada, aportan un conocimiento. Celia Amorós (2010) en su texto «Feminismo y filosofía» explica el porqué del feminismo filosófico: “El feminismo es susceptible de ser tematizado filosóficamente. Lo es porque tiene implicaciones filosóficas y porque, como forma de pensamiento, es, en su entraña misma, filosófico” (p. 10).
Las demandas de las mujeres exigen replanteamientos conceptuales radicales en sus esquemas teóricos, y difícilmente podría ser de otro modo, pues tales esquemas teóricos han sido trazados por lo general como si las mujeres no existieran, o, cuando se toma en cuenta que existen, se les adjudica por parte de los sesudos pensadores un lugar no negociado y que las feministas impugnan. En esa línea de ideas, la filosofía feminista surge para transformar el sistema actual, planteando preguntas fundamentales sobre quién ha tenido el privilegio de filosofar y quién ha sido excluido. En suma, sí, es posible hablar de filosofía feminista, e incluso es necesario reconocerlo.
Ahora bien, ¿cuál es la relación entre feminismo y marxismo? La intersección entre la filosofía feminista y marxista es un interesante campo de la filosofía para explorar la raíz de las desigualdades estructurales arraigadas en la sociedad. Partamos indicando que el marxismo es una corriente del pensamiento que tiene como centro la superación de la sociedad de clases, actualmente en el modo de producción capitalista y de su realidad fetichizada, poniendo como eje la vida del ser humano. Su método es el materialismo histórico y dialéctico. De ahí, es menester señalar que hay varias escuelas y corrientes que se derivan del pensamiento marxista, que buscan superar el sistema actual.
Es fundamental abordar la teoría de Karl Marx no como una filosofía estática, sino como un pensador que proporciona herramientas analíticas necesarias para comprender la sociedad contemporánea. Siguiendo la advertencia de Mariátegui, se evita caer en la trampa de convertir a Marx en un “calco o copia”, especialmente cuando se contempla la situación de las mujeres en América Latina, una región cuya historia ha sido moldeada por el colonialismo.
En esa línea, Celia Amorós, con perspicacia, señala que son los filósofos y filósofas que reconocen la esfera política como relevante, quienes son los pioneros en reconocer la imperiosa necesidad de incluir al feminismo en el ámbito filosófico. En sus palabras,
el feminismo es en su entraña político, es una irracionalización de las relaciones de poder identificadas en ámbitos en los que pasaban desapercibidas (…) El feminismo es político ya sólo por el hecho de impugnar lo definido como política por quienes reparten y nombran los espacios, es decir, por quienes ejercen el poder (2000, p. 12).
Esto encaja con la teoría marxista, puesto que se busca encontrar la contradicción del sistema actual, de quienes ejercen el poder y a quienes les ejercen el poder, en otras palabras, entre opresores y oprimidos.
Podemos señalar a los feminismos como una crítica que parte de la contradicción de género, hacia las estructuras patriarcales arraigadas tanto en la sociedad como en la historia de la filosofía. Tomando en consideración, que tanto el feminismo como el marxismo analizan las estructuras de poder en la sociedad para cambiarlas. La pregunta, es cómo trascender de los meros análisis a la efectiva y material transformación social.
Ahí, es en donde se considera que la respuesta es el antes mencionado método dialéctico basado en la síntesis de determinaciones, en este contexto, permite analizar la estructura del patriarcado y comprenderla como un todo histórico. En este contexto, la teoría de Gramsci que igual ha sido afirmada por Mariátegui, emerge como un marco importante para la comprensión de cómo las ideas dominantes se imponen y cómo el feminismo se convierte en una forma de contrahegemonía. A pesar, de que existan ya varios intentos de los “modelos” tradicionales de dominación en apropiarse del discurso feminista.
La solución clásica propuesta por la filosofía liberal desde la Ilustración apunta hacia la educación como factor transformador. No obstante, la realidad exige un cambio estructural que conlleve una revolución en todas las áreas de la vida humana, no solo en la educación. En este sentido, la visión de Gramsci destaca la necesidad de establecer una relación entre teoría y práctica en la filosofía para lograr una transformación real en el mundo. No es suficiente limitarse a teorizar sobre el «problema de la mujer»; es imperativo abordarlo como prioritario para la creación de otro mundo posible.
La crítica feminista amplía la perspectiva gramsciana al resaltar que las ideas dominantes no solo sirven para mantener el control de clase, sino que también perpetúan la opresión de género. La mujer se presenta como un «otro» necesario para mantener la jerarquía social y económica. Esta perspectiva revela cómo las estructuras de poder no solo explotan a la clase trabajadora, sino que también se entrelazan con la opresión de género para mantener el sistema capitalista – patriarcal.
Acorde a Celia Amorós (2000), existen ciertas corrientes marxistas “abstractas”, que consideran a la lógica del capitalismo ciega al sexo, buscando únicamente la máxima extracción de plusvalía. Sin embargo, el feminismo ha aportado que la división del trabajo por sexos no puede considerarse simplemente un efecto del capitalismo aislado del género. Ahí es donde, la lógica del sistema de dominación patriarcal, aunque analíticamente separada, está íntimamente articulada con la lógica capitalista, generando una segregación y opresión funcional a la extracción de riqueza.
La intersección entre la filosofía feminista y marxista, busca ir más allá de la mera identificación de desigualdades de género; propone soluciones estructurales respecto al patriarcado-capital. Reconoce el problema respecto a la división sexual del trabajo y la distribución de recursos, medios de producción, abogando por un sistema en el cual tanto la explotación de clase como la opresión de género sean superadas. Este enfoque impulsa la visión de otro mundo posible, uno en el cual las mujeres no solo sean libres de las cadenas de género, sino también de las cadenas de clase.
Estas filosofías han situado a la vida humana como eje central de su reflexión, resaltando constantemente la inquietante tendencia patriarcal y capitalista de convertir al ser humano en una mercancía. Esta problemática se manifiesta claramente en las mujeres, quienes, bajo las ideas clásicas de la filosofía, han sido constantemente relegadas a la condición de seres funcionales para la reproducción del sistema y no incluidas en el debate público.
Efectivamente, la filosofía feminista ha desempeñado un papel fundamental al cuestionar y repensar el sistema actual, partiendo desde las desigualdades específicas entre géneros. Este enfoque crítico se dirige hacia los clásicos filósofos, quienes, si bien tuvieron la oportunidad de reflexionar sobre las cuestiones fundamentales como la gravedad, la república o la deducción, no lograron centrarse en desentrañar las razones de las desigualdades que afectan a aquellos excluidos del debate público convencional, como las mujeres y clases empobrecidas.
Por otro lado, la teoría marxista ha sido base fundamental para entender las opresiones desde las clases empobrecidas, racializadas, y ha puesto en jaque a las teorías filosóficas que buscan perpetuar el sistema actual a costa de las vidas de aquellos que no se nombra y han sido históricamente invisibilizados. Es ahí, en donde hay que destacar que la teoría feminista y marxista ha sido clave para poner en el centro del análisis al «otro», permitiendo comprender los procesos históricos que han llevado a la construcción de estas inequidades.
Para finalizar, quiero tomar las palabras de Federici y afirmar que efectivamente las mujeres, en su búsqueda de comprensión, han encontrado limitaciones en la literatura de “izquierda” que toma como marco teórico el marxismo, lo que ha impulsado a la generación de teorías propias basadas en sus experiencias (2018). Estas reflexiones son fundamentales, porque el problema no parte del método como tal, sino de la aplicación del mismo con tinte patriarcal.
para poder acabar con la alianza criminal; patriarcado y capital, requerimos una intersección de teorías que busquen acabar con todo modo de opresión.
En conclusión, es evidente, que para poder acabar con la alianza criminal; patriarcado y capital, requerimos una intersección de teorías que busquen acabar con todo modo de opresión. Es ahí, en donde la filosofía juega un papel clave y donde la frase inicial de Gramsci toma sentido, requerimos que los oprimidos puedan comprender su realidad, es más importante que podamos compartir las herramientas teóricas y prácticas para cambiar la realidad actual, por una filosofía que parta del cuestionamiento a la transformación ¿si no para qué y sobre todo para quienes hacemos filosofía?
Ana Cristina Andrade.
Referencias:
- Amorós, C. (2000) El feminismo y filosofía. https://redmovimientos.mx/wp-content/uploads/2020/07/Feminismo-y-filosof%C3%ADa.pdf
- Beauvoir, S. (1949). El segundo sexo. Siglo XX.
- (2020). WISE | Ana de Miguel: «Filosofía y feminismo» [Vídeo]. YouTube. https://www.youtube.com/watch?v=tmiUNTf4er8
- Federici, S. (2018). El patriarcado del salario. Críticas feministas al marxismo. https://www.traficantes.net/sites/default/files/pdfs/TDS_map49_federici_web_0.pdf
- Federici, S. (2004). El calibán y la bruja. https://www.traficantes.net/sites/default/files/pdfs/Caliban%20y%20la%20bruja-TdS.pdf
- Fernández, L. (2018). Feminismos: una revolución que Marx no se pierde. https://nuso.org/articulo/feminismos-una-revolucion-que-marx-no-se-pierde/#footnote-4.
- Gramsci, A. (1970). Introducción a la filosofía de la praxis. Ediciones Península.
- Maestro, A. (2013). Feminismo Marxista. https://kolectivoporoto.cl/wp-content/uploads/2015/11/Maestro-Angeles-Feminismo-Marxista.pdf
- Mariátegui, J. (1928). 7 Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana. Fundación Biblioteca Ayacucho.