Poder y revolución. La política desde una perspectiva marxista
Por. Vicente Solano P.
si bien la política está condicionada por la economía, no puede ser reducida completamente a ella, ya que también tiene su propio espacio de acción y transformación.
Ahora que nos encontramos en un momento donde los monstruos de los que hablaba Antonio Gramsci parecen gobernar el mundo —con figuras como Trump, Musk y otros líderes que encarnan la crisis de la política tradicional—, resulta imprescindible seguir discutiendo el significado de la política. ¿Es solo pura administración del poder o el campo de batalla donde se redefine la sociedad? ¿Qué significa realmente la política en el pensamiento marxista?
Comprender qué es la política desde la perspectiva marxista nos lleva a reconocer que no se trata de un ámbito autónomo del quehacer humano, sino como un dominio de clase y un mecanismo de transformación hacia una sociedad sin Estado.
Autores como Norberto Bobbio han argumentado que el marxismo carece de una verdadera teoría política, ya que su análisis se enfoca principalmente en la economía. No obstante, Atilio Boron rechaza esta postura y sostiene que «la reflexión política marxiana debe, por derecho propio y legítimamente, ocupar un lugar destacadísimo en la historia de las ideas políticas» (Boron, 2006, p. 45). Para Boron, la política en el marxismo no puede reducirse a una simple superestructura de la economía, sino que constituye un campo de lucha que, si bien determinado por las condiciones materiales, tiene su propia dinámica y relevancia.
Desde una perspectiva más filosófica, Gustavo Bueno sostiene que la política no puede entenderse como una categoría aislada, sino que debe analizarse en relación con otros campos como la historia, la sociología y la economía. Según Bueno, «las ‘ciencias políticas’ encuentran sus ‘seguros senderos’ más cuando caminan en la dirección del análisis de los ‘sillares’ y de las relaciones empíricas de unos con otros» (Bueno, 1991, p. 78). Esta visión refuerza la idea de que la política es una construcción teórica que depende de múltiples factores y no puede ser tratada como un ente separado de la realidad material.
Si bien el marxismo clásico tiende a considerar la política como un reflejo de la economía, algunas interpretaciones más recientes, sugieren una vía intermedia entre el determinismo económico y la autonomía política, es decir, «el vínculo entre lo político y la producción material no implica una concepción reduccionista o mecanicista de lo político, pues la producción y lo político designan para Marx dos formas distintas, aunque necesariamente articuladas, de realización de la libertad humana» (Parra-Ayala, 2021, p. 96). Esto significa que, si bien la política está condicionada por la economía, no puede ser reducida completamente a ella, ya que también tiene su propio espacio de acción y transformación.
En este sentido, la política en el marxismo no es simplemente un reflejo mecánico de las relaciones económicas, sino un terreno de disputa en el que una clase social busca imponer su hegemonía. Gramsci, por ejemplo, amplió la noción marxista de la política al introducir el concepto de hegemonía, señalando que la burguesía no solo domina mediante la coerción estatal, sino también a través de la dirección cultural e ideológica de la sociedad (Gramsci, 1981). La política, entonces, es también el espacio donde se define el sentido común y la estructura ideológica que legitima o desafía el orden existente.
Pero la dimensión más relevante de la política marxista es su vínculo con la revolución. Lenin, en El Estado y la Revolución, señala que la política es el medio por el cual el proletariado debe organizarse para destruir el aparato del Estado burgués y construir una dictadura del proletariado (Lenin, 1917). Sin embargo, esta fase es transitoria, ya que el objetivo último es la desaparición de la política como un campo autónomo de conflictos, sustituyéndola por una administración técnica y racional de los recursos y las necesidades sociales.
La política, desde el marxismo, se entiende como una manifestación de la lucha de clases y un mecanismo de control que la clase dominante ejerce sobre la sociedad. Sin embargo, también es un campo de disputa que puede ser utilizado por el proletariado para transformar las estructuras de poder y avanzar hacia una sociedad sin explotación. Aunque algunos críticos argumentan que el marxismo carece de una teoría política en sentido estricto, desde el materialismo político se ha demostrado que la política en el marxismo es un ámbito dinámico que, si bien vinculado a la economía, posee cierta autonomía relativa.
En última instancia, la política marxista no es solo el estudio del poder, sino también un llamado a la acción para su transformación. La evolución del pensamiento marxista sobre la política, desde Marx y Engels hasta Lenin y Gramsci, revela que el marxismo no solo ofrece un análisis crítico del poder, sino que también propone estrategias para su reconfiguración. En un mundo donde las estructuras de poder siguen reproduciendo desigualdades, la concepción marxista de la política sigue siendo una herramienta fundamental para comprender y transformar la realidad social. Con ello, la política deja de ser un mero ejercicio de administración del poder y se convierte en un proceso revolucionario continuo, orientado a la emancipación de la humanidad.
Vicente Solano P. Doctorando en Responsabilidad Jurídica-Estudio Multidisciplinar por la Universidad de León – España. Magister en Derecho con mención en Derecho Constitucional por la Universidad Andina Simón Bolívar, sede Ecuador. Máster en Argumentación Jurídica por la Universidad de Palermo – Italia y Universidad de Alicante – España. Abogado y Licenciado en Ciencias Políticas y Sociales por la Universidad de Cuenca.
Referencias
- Boron, A. (2006). Teoría política marxista o teoría marxista de la política. CLACSO.
- Bueno, G. (1991). Primer ensayo sobre las categorías de las ciencias políticas.
- Engels, F. (1873). De la Autoridad. Fundación Federico Engels.
- Gramsci, A. (1981). Cuadernos de la cárcel. Ediciones Era.
- Lenin, V. I. (1917). El Estado y la Revolución. Fundación Federico Engels.
- Marx, K., & Engels, F. (1848). El Manifiesto Comunista. Ediciones Akal.
- Parra-Ayala, A. (2021). Marx y el concepto de lo político. Universidad Nacional Autónoma de México.