Atrapados en el presente: el remake en el cine como síntoma del Realismo capitalista

Por: Paula Zabala Torres

 

la redifusión de contenidos, el streaming y la creación constante de remakes da la impresión de que vivimos en un estado de permanente nostalgia, ya que estar a un clic de revisitar nuestra cultura popular del pasado quiere decir que siempre estamos viviéndola.

 

 

Para iniciar tomaremos como punto de partida el análisis histórico que Kathleen Loock (2024) realiza sobre la práctica del remaking en Hollywood. Dentro de su cronología, Loock identifica que el auge en la creación de secuelas en los años setentas y ochentas sentaron el camino para el boom de las franquicias cinematográficas, las cuales dieron cabida a formas más flexibles para contar historias que se enfocan en mundos ficticios compartidos, más conocidos como universos cinematográficos. Adicionalmente, la autora establece que los remakes instauran en las audiencias lazos sentimentales y anhelos nostálgicos que se convierten en el sustento de lo que ella llama la “franquicia eterna” (forever franchise), en otras palabras, aquella que es capaz de expandirse y continuar existiendo por siempre.

Para la industria del cine, la nostalgia asegura la rentabilidad a largo plazo de las franquicias; por este motivo tiende a estar incorporada estratégicamente como un factor transgeneracional de venta, de modo que la franquicia eterna es también la franquicia nostálgica. En este sentido, Lauren Rosewarne (2020) especifica que la redifusión de contenidos, el streaming y la creación constante de remakes da la impresión de que vivimos en un estado de permanente nostalgia, ya que estar a un clic de revisitar nuestra cultura popular del pasado quiere decir que siempre estamos viviéndola.

Para descubrir qué es lo que está ocurriendo en este contexto, Grafton Tanner (2023) introduce al concepto del “Porsiemprismo” para señalar la manera en la que el pasado se inmortaliza: “Porsiemprizar algo no significa meramente preservarlo o restaurarlo, sino reanimarlo en el presente para asegurar su futura supervivencia eternamente” (p. 18). De hecho, Roserwarne y Tanner concuerdan en que el acceso casi ilimitado a contenido nostálgico que tenemos disponible en la actualidad, no necesariamente es evidencia de que nos sintamos nostálgicos; al contrario, “cuando tenemos acceso al pasado más que nunca antes, no hemos sentido nostalgia desde hace tiempo” (2023, p. 17).

De esta manera, podemos considerar que el remake es un gesto anti-nostálgico, ya que previene el anhelo que solo se puede sentir en la ausencia de algo perdido. Agregando a lo que se ha analizado hasta aquí, debemos mencionar que Grafton Tanner construyó sus reflexiones a partir de los conceptos que aborda Mark Fisher (2018) respecto al Realismo capitalista, el cual es descrito como una atmósfera general que condiciona -entre muchos otros aspectos- la creación de manifestaciones culturales y actúa como una barrera invisible que impide imaginar alternativas al capitalismo. Aparte de esto, el Realismo capitalista se sostiene en el supuesto de que los recursos son infinitos, por lo tanto, el sistema funciona siempre y cuando pueda apoderarse de algo ajeno.

Sin embargo, a medida que los recursos se consumen, tal como ocurre cuando los remakes se apropian de films del pasado, comenzamos a cuestionarnos si el mundo del cine es capaz de producir sorpresas. Este interrogante acarrea la noción de que el cine no se revitaliza con el remake, porque al “porsiemprizarlo” las audiencias y los creadores quedan atrapados en un vacío donde nada nuevo crece. El pasado y el futuro dejan de existir como tal para devenir en presente, lo cual provoca una sensación de impotencia reflexiva.

Así pues, este escenario nos revela que los discursos “porsiempristas” a los que Grafton Tanner (2023) se refiere están tratando constantemente de suprimir las emociones que amenazan a los sistemas opresivos del capitalismo. Respecto a este punto, Mark Fisher (2018) añade que el deseo es una fuerza histórico-maquínica capaz de alterar la realidad y que, de ser suprimido, la historia de la humanidad daría un giro descomunal hacia el pasado o se produciría una especie de amnesia colectiva, o ambas cosas a la vez. En efecto, podemos comprobar que esta idea se refleja en la práctica del remake, ya que irónicamente las películas que producen las franquicias cinematográficas se consumen fácilmente pero también son olvidadas rápidamente.

En conclusión, la nostalgia es una emoción constituyente del proceso de formación y reinterpretación de la memoria. Pese a que el sistema capitalista trata de confundir a esta emoción con el “Porsiemprismo”, necesitamos afinar nuestro ojo crítico para reconocer cuándo las industrias que crean productos culturales están operando bajo prácticas que degradan a sus propias producciones. Al mismo tiempo, esta misma mirada atenta nos ayudará a descubrir artefactos emergentes dentro del cine y otros campos de expresión artística que buscan ser más que solo un medio para canalizar al pasado en el presente, sino que buscan transmitir un mensaje más significativo.

 

Paula Zabala. Diseñadora gráfica, apasionada por la música, el cine y la lectura. Me gusta observar a las expresiones culturales como un laboratorio privilegiado para analizar el estado de la sociedad.

 

Referencias:

  • Fisher, M. (2018). Realismo capitalista: ¿No hay alternativa? Editorial Caja Negra.
  • Loock, K. (2024). Hollywood Remaking: How Film Remakes, Sequels, and Franchises Shape Industry and Culture. University of California Press.
  • Rosewarne, L. (2020). Why We Remake: The Politics, Economics and Emotions of Film and TV Remakes. Routledge.
  • Tanner, G. (2023). Foreverism. Polity Press.

 

Imagen tomada de depositphotos.com e intervenida digitalmente.

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