Aspasia – Emy Díaz
Fue extranjera en Atenas, se insertó en espacios de diálogo filosófico y político, desarrolló pedagogía y método para formar a los intelectuales de su tiempo. Quizá su mayor logró fue defender su propia libertad, tomar la palabra y transformarla en estrategia política.
No cabe duda que las mujeres han construido las filosofías a lo largo de todos los ciclos históricos del mundo. Ellas han circunnavegado procesos de reflexión filosófica, algunas veces desde la oscuridad, mientras que otras, a través de las luces ajenas. Es más, han jugado tantas veces las partidas de un ajedrez político que se repite de formas infinitas y retorna en círculos de poder. Estas geometrías incandescentes han sido portadoras del horror humano que se entremezcla con vasos llenos de afectos, vasos herméticos, con cristales débiles y también derechos.
Si bien los aportes profundos de las filósofas se ubican en campos diversos que atraviesan el conocimiento tanto en la política, las artes, como en la metafísica, existen emergencias medulares que giran en torno a las injusticias históricas que han coartado la libertad. Las guerras y la desigualdad han avanzado del espíritu al cuerpo, del fuego militar al respiro.
Las guerras y la desigualdad han avanzado del espíritu al cuerpo, del fuego militar al respiro.
Muchas veces el relato de conflictos militares e invasiones, usó como pretexto y expoliación el nombre de una mujer. Como si una guerra permanente de las palabras y los significados se gestara en cada yugular femenina. Es ahí en donde el poder político de los discursos, en la historia de las filosofías ha sido todo menos plural. Aún el canon occidental está plagado de silencios. Así, a pesar de las omisiones de los historiadores, según Ménage (2009) en el mundo antiguo europeo se evidencia la huella de Aspasia[1] como la mujer filósofa, intelectual y emancipada que enseñó retórica a Pericles y Sócrates, a este último también filosofía. Una de las fuentes que da cuenta de su rol en Atenas, es la comedia Los Acarnienses de Aristófanes, obra en la que es nombrada como sofista y lo que es rarísimo para su género: maestra de la elocuencia. Además, según la autora a través de las letras de Plutarco se conoce que: Pericles decía que Aspasia era prudente y experta en cuestiones políticas. También, señala que Platón afirmó que todos sabían que muchos atenienses aprendieron de Aspasia, el arte de hablar.
A pesar de que el padre de esta filósofa de Mileto, había decidido su destino profesional antes de llevarla a Atenas. Ella sobrevivió a él, a la estructura griega del Estado, al poder, y en su camino diseñó métodos para transmitir conocimientos. Según Gleichauf (2010), Aspasia era considerada una maestra excelente en las especialidades de la filosofía y la retórica. Sócrates le pedía consejos. Los más instruidos de la ciudad confiaban mucho en esta mujer tan culta e inteligente. Más aún, la autora señala que en los Diálogos de Platón, en el discurso fúnebre Menéxeno, Sócrates dedicó los más grandes elogios a su maestra Aspasia. Incluso confesó que le temía. En este mismo diálogo, Sócrates repite un discurso que la filósofa había improvisado, una oración fúnebre para los caídos en la guerra del Peloponeso. Mientras Pericles había hecho un discurso en forma de himno de alabanza al Estado democrático creado por él mismo. Aspasia se refirió a las virtudes del pueblo ateniense y pedía a los vivos no llorar excesivamente a los muertos. No fue la primera ni la última vez que la filósofa promovía la gestión del exceso y las virtudes para centrar el discurso en la muerte, mostrando una intención de convocar los límites de la vida y la muerte, la mortalidad de los seres humanos. Parecía que Aspasia advertía el desastre pos guerra y el declive de la polis, de la mano de la urgencia de concentrarse en el presente y formular nuevas categorías para gestionar la vida en relación con el Estado. Detalle que se opone a lo que Pericles y varios filósofos de su tiempo afirmaban, como establece Arendt (1978) su apreciación general era que todos los mortales debían aspirar a la inmortalidad, y esto era posible a la afinidad entre dioses y hombres. El hombre era un dios si se comparaba con otros seres vivos; era una suerte de dios mortal. (…) Cuya ocupación principal era, por lo tanto, una actividad que pueda remediar su mortalidad y hacerle así más similar a los dioses, sus parientes más cercanos.
Finalmente es importante recordar la estructura social del periodo en el que Aspasia desarrolló su trayectoria profesional e intelectual en Atenas, con el régimen político de Pericles. Seguramente el político más importante entre los personajes que ella asesoró y el mejor de sus estudiantes. Gleichauf (2010) señala que en el llamado siglo de Pericles había tres clases sociales: los ciudadanos, los metecos (extranjeros) y los esclavos. La clase dominante era la de los ciudadanos. Ellos determinaban la vida del Estado y decidían sobre la guerra y la paz. Sin embargo, esto sólo correspondía a los hombres, dado que las mujeres no tenían derechos. Sus tareas se limitaban al cuidado de la casa y sus hijos, estaban ampliamente excluidas de la vida pública y de la política. En este contexto, Aspasia, se desenvolvió de manera imponente y con su legitimidad de maestra en los espacios públicos y políticos. Según D’amico (2020), se narra que Sócrates había aprendido el denominado “método socrático” de Aspasia, dado que ella era muy hábil en el arte de la oratoria. No obstante, Cantarella (2010), determina que, aunque admirada por muchos filósofos, ella fue odiada por la sociedad ateniense por sus tesis contracorriente sobre el rol femenino y la paridad entre los sexos, tanto que fue acusada de inmoral. Fue extranjera en Atenas, se insertó en espacios de diálogo filosófico y político, desarrolló pedagogía y método para formar a los intelectuales de su tiempo. Quizá su mayor logró fue defender su propia libertad, tomar la palabra y transformarla en estrategia política.
Referencias:
- Arendt, H. (1978). La vida del espíritu. Ediciones Paidós.
- E. (2010). L’ambiguo malanno. Condizione e immagine della donna nell’antichità greca e romana [El mal ambiguo. Condición e imagen de la mujer en la antigüedad griega y romana]. Feltrinelli.
- A. (1993). L’Amazzone o Aspasia, alla ricerca di sè. [Las amazonas o Aspasia, a la búsqueda de sí mismo. En: Revista Leggendaria.
- D’amico. M. (2020). Una parità ambigua. Costituzione e diritti delle donne. [Una paridad ambigua. Constitución y derechos de las mujeres]. Rafaello Cortina Editore.
- I. (2010). Mujeres filósofas en la historia. Desde la antigüedad hasta el siglo XXI. Editorial La Desclosa
- Ménage. G. (2009). Historia de las mujeres filósofas. Herder Editorial S.A.
Notas:
[1] Gleichauf (2010) establece que Aspasia, quien nació en Mileto vivió aproximadamente entre el 460 y el 401 a.C. Mientras que Ménage (2009) lo señala ca. 470 y 410 a.C.